Desde 1989 y después de leer el libro “Violencia contra los animales y la gente: está generalizada la agresión contra las criaturas vivientes?”, quise comprobar en la vida cotidiana, lo que los autores citan.
He recopilado cientos de casos. La mayoría de ellos los he comprobado personalmente, gracias a la ayuda de los educadores que me han acompañado a través de mi formación en bienestar Animal.
Pronto estaré publicando algunos de esos casos que seguro están en la mente de quienes alguna vez han trabajado junto a mí o que han asistido a los eventos en que participo. Acostumbro a narrarlos en los seminarios a los que suelo asistir y en los talleres que imparto.
Volviendo al libro que detonó mi interés en el asunto, los autores explican que:
“Los sujetos no criminales informaron de muy poco o de ningún comportamiento abusivo hacia los animales. Los pocos que ofrecieron historias de abuso repetido y sustancial, estas no fueron violentas como las de los sujetos criminales que abusaron de los animales, pero ninguna de sus historias hablaba de asaltos o peleas... “ ,
1 comentario:
Creo que si debe haber una relacion entre los niños que agredian animales y luego pasaron a ser agresores de personas, aunque esto sea dificil probarlo, es mas facil al reves, cuando se es niño y los padres te inculcan el amor y respeto por los demas animales, es seguro que de adulto lo cultives esos valores y a tu vez los transmitas a generaciones jovenes y ademas lo divulgues con toda propiedad,ya que pasa a ser parte intrinseca de tu personalidad
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